La economía y el desarrollo
En la Economía, se suele asociar el bienestar de los individuos y de la sociedad en su conjunto con la utilidad derivada del consumo; asumiendo una relación directa entre dichos conceptos. A mayor consumo, mayor utilidad y por ende mayor bienestar.
Esta práctica ha sido generalizada en las diversas ramas de la economía y ejerce una particular influencia en las teorías y los modelos del desarrollo. En este ámbito, se llama desarrollo al crecimiento de la producción y por lo tanto los modelos elaborados buscan explicar cómo se lleva a cabo dicho crecimiento.
La mayoría de los economistas del desarrollo, reconocen que la producción en sí misma no es del interés de la sociedad, sino que es el consumo que se puede obtener de ella lo que interesa a los individuos, consideración que incorporan en sus modelos. Sin embargo ambos elementos se encuentran íntimamente ligados.
Es evidente que el bienestar de las personas no depende principalmente del consumo, al menos no en el sentido estricto que se suele interpretar el concepto de consumo en la economía; es decir, como consumo de bienes y servicios.
Si se considerara una definición más amplia del consumo como el acto de recibir beneficios de una acción o elemento existente, se incorporarían a los modelos diferentes aspectos que afectan el bienestar de los individuos como los paisajes naturales, la amistad, la seguridad social, etc. la relación consumo bienestar sería mucho más directa. Trabajar con una nueva definición de consumo podría ser beneficioso, pero también podría provocar confusión, dada la costumbre actual; por lo que se continuará trabajando con la definición usual.
Las definiciones usuales de consumo han provocado que la teoría y las recomendaciones de política que de ella se desprenden incurran en grandes errores, siendo uno de los principales la búsqueda del aumento de la producción a toda costa.
Dado que aquí se acepta también la definición usual de consumo, es necesario entonces ampliar la visión que se tiene del bienestar. Esto se debe realizar entendiendo que el bienestar no se deriva únicamente del consumo sino que depende de un gran número de factores. Algunos de estos factores poco o nada tienen que ver con la producción mientras que otros se relacionan negativamente con ella.
Diversas investigaciones dentro de la economía del bienestar, concluyen que en efecto la utilidad marginal del consumo y del ingreso es positiva y decreciente, pero únicamente a niveles de ingresos relativamente bajos.
De los estudios que analizan diversos países y las diferencias entre sus características económicas y el nivel de felicidad promedio de sus habitantes revelan un fenómeno al cuál se le conoce como la paradoja de Easterlin. Esta paradoja surge del hecho de que dentro de los países las personas con mayores ingresos son en promedio más felices que las personas pobres; sin embargo entre países se encuentra una relación baja o nula entre los aumentos del ingreso per cápita y el nivel de felicidad promedio.
Si bien es cierto la paradoja de Easterlin puede ser explicada en parte por cuestiones metodológicas sobre la medición del bienestar, nuevos estudios arrojan resultados muy similares dentro de los países. Por ejemplo Cruz y Torres (2006) concluyen que la elasticidad ingreso de la felicidad de los colombianos llega a cero cuando el ingreso alcanza los $22millones de pesos (US$9330).
Por su parte, Frey y Stutzer (2001), encuentran que para los Estados Unidos, las personas con bajos niveles de ingreso experimenten fuertes alzas en su bienestar cuando aumenta su ingreso; sin embargo cuando los ingresos alcanzan los US$15000 anuales un aumento en el ingreso tiene un efecto mucho menor sobre la felicidad. Estos autores encuentran que la correlación entre la felicidad y el ingreso es tan solo de 0,20; lo que concuerda con lo encontrado en otros estudios.
La evidencia recolectada hasta ahora demuestra que en la determinación de la felicidad existen factores más importantes que el ingreso, entre los cuales se destacan las redes sociales, la estabilidad política, el empleo y la desigualdad.
Las incursiones más recientes de los economistas en el estudio del bienestar y de otros científicos sociales en áreas usualmente consideradas del dominio de la economía han llevado al surgimiento de diversas iniciativas para incorporar elementos complementarios al ingreso en las medidas del bienestar. El PNUD es uno de los pioneros en este sentido. Dicha organización calcula cuatro medidas alternativas del bienestar: el Índice de Desarrollo Humano (IDH), el Índice de Pobreza Humana (IPH), el Índice de Desarrollo Relativo al Género (IDG) y la Medida de Empoderamiento del Género (MEG).
Entre dichas medidas, la más difundida es el IDH[1]. Este índice mide el promedio de los logros de un país en tres dimensiones básicas del desarrollo humano. A continuación se menciona cuales son las dimensiones seleccionadas y la forma en que se lleva a cabo su operacionalización:
- Una vida feliz y saludable: esperanza de vida al nacer
- Conocimiento: es una ponderación entre la alfabetización en adultos (66%) y la tasa de matrícula en educación primaria, secundaria y superior (33%).
- Nivel de vida decente: PIB per cápita
A parte de las herramientas desarrolladas por el PNUD, existen otras dos iniciativas que han llamado la atención de la comunidad científica y civil por igual. En primer lugar tenemos el desarrollo por parte de la New Economics Foundation (NEF) del Happy Planet Index (HPI). Luego se encuentra la iniciativa promovida de manera individual e independientemente por el Reino de Bután de calcular la Felicidad Nacional Bruta (FNB).
El HPI es una medida de la eficiencia ecológica con que se consigue el bienestar humano (Marks et. al. 2006. Pág.1); que refleja el promedio de años de vida feliz producidos en una sociedad, nación o grupo de naciones por unidad de recursos planetarios consumidos. (Pág.7)
El índice se calcula al multiplicar el nivel promedio de satisfacción reportada por los individuos de cada nación, por su esperanza de vida al nacer, y luego dividir el resultado entre la huella ecológica de la misma.
La contabilidad de la huella ecológica busca cuantificar la magnitud en que la demanda de recursos de naturales por parte de los seres humanos, se mantiene dentro o excede la capacidad de la biósfera de proveer bienes y servicios. En el caso del HPI, la huella ecológica se define como la cantidad de área terrestre requerida para mantener a la población dados los niveles actuales de consumo, desarrollo tecnológico y la eficiencia de los recursos. La misma se expresa en hectáreas globales promedio, un mayor número de hectáreas implica un mayor consumo de recurso.
Según los cálculos de la NEF en el 2001 la biocapacidad de la tierra era de 1,8 hectáreas globales por persona, esto asumiendo que no se deja parte de la capacidad a disposición de las otras especies.
Entre los hallazgos obtenidos a partir de la elaboración del índice se destaca el que es posible producir vidas largas y felices con un impacto ecológico significativamente menor. Un claro ejemplo de esto se obtiene al comparar los resultados de Estados Unidos y Alemania. Los habitantes de ambos países reportan niveles similares de satisfacción con su vida y la esperanza de vida al nacer es muy similar, aunque ligeramente superior en Alemania, sin embargo la huella ecológica de ambos países es radicalmente distinta (4,8 para Alemania y 9.5 para Estados Unidos). Esto indica que Alemania es significativamente más eficiente, en términos de los recursos que consume, que los EE.UU. en su producción de vidas largas y felices.
Es interesante que Costa Rica se ubique en el tercer lugar del índice por debajo de Vanuatu (primero) y Colombia (segundo). Los tres países presentan niveles de satisfacción cercanos a los de Alemania y Estados Unidas, Costa Rica disfruta de una expectativa de vida similar, mientras que la de Colombia es ligeramente inferior y la de Vanuatu es considerablemente más baja. Respecto a la huella ecológica los tres países que lideran el índice tienen niveles significativamente inferiores a los de Alemania y EE.UU. Entre los países con mejores resultados en el HPI, Costa Rica es el que tiene la mayor huella ecológica con un puntaje de 2,1; superior en 0,3 hectáreas globales a la biocapacidad de la tierra.
Además si se compara el PIB per cápita de los cinco países mencionados las diferencias son evidentes; según datos de la CIA para el 2007, el PIB per cápita por P.P.A. de EE.UU. fue de US$45800; el de Alemania de US$34100, el de Costa Rica de US$11100, el de Colombia de US$7400 y el de Vanuatu de US$3900. Estas diferencias permiten darse una idea de la poca relevancia que tiene el nivel de ingreso en cuanto al nivel de satisfacción de los individuos.
Por su parte, la iniciativa butanesa de calcular la Felicidad Nacional Bruta, proviene de su antiguo rey, Su Majestad Jigme Singye Wangchuck, quién se mostraba escéptico ante las metodologías occidentales. Hasta ahora sólo se han publicado los resultados de una encuesta piloto en torno al tema del bienestar psicológico y subjetivo de los habitantes de Bután cuyo objetivo era entender la percepción de las personas en torno al bienestar, su nivel de felicidad y satisfacción con la vida (Wangchuk, 2007).
Aparte de esta investigación, el concepto de FNB ha funcionada más como una filosofía de trabajo y una guía de gobernabilidad. La FNB gira en torno a cuatro pilares, la preservación cultural, la conservación del ambiente, un buen gobierno[2] y un desarrollo socio-económico equitativo. Con base en estos pilares, se seleccionaron nueve temas que se consideran elementos vitales de la FNB, sobre los cuales se desea establecer algún tipo de indicador. Los temas son el bienestar psicológico, la salud, el uso del tiempo y su balance, la educación, la diversidad cultural, la resiliencia, las buenas prácticas del gobierno, la vitalidad de la comunidad, la diversidad del ecosistema, la vitalidad y los estándares de vida (Choden, et. al. 2007. Pág. 1).
Según Dasho Karma, el director del Centro para Estudios de Bután, “la FNB significa la creación de una sociedad o nación en la cuál la felicidad colectiva es la meta del gobierno… y representa un concepto holístico que guía los procesos de gobierno y desarrollo; también representa las necesidades de la gente de manera holística.” (BBS) El Centro de Estudios de Bután es el encargado de crear los indicadores que representen los 9 temas anteriormente mencionados.
Si bien es cierto, la FNB se encuentra aún en una etapa muy temprana de su desarrollo para ser evaluada objetivamente, la iniciativa es sin lugar a dudas innovadora y ambiciosa. A la vez que constituye un hito en el cambio de paradigma en cuanto a las medidas del bienestar.
El presente artículo plantea una serie de acciones que Costa Rica podría tomar en aras de alcanzar mayores niveles de desarrollo; desde una perspectiva similar a la planteada en el Happy Planet Index y en la Felicidad Nacional Bruta del reino de Bután. Es decir, entendiendo por desarrollo el incremento del bienestar de la población en un sentido amplio y no únicamente como el aumento de la producción del país como usualmente se interpreta. Para llevar a cabo esta tarea, comenzamos por presentar superficialmente dos problemáticas que enfrenta el país y que inciden negativamente en el bienestar de los individuos
Problemática Costarricense
Aparte de los problemas de pobreza y distribución de la riqueza, que todos conocemos Costa Rica enfrenta otros grandes retos. Entre ellos destacan el aumento de la violencia y de la inseguridad ciudadana, y la contaminación.
Según el periódico La Nación durante el pasado mes de octubre, 97 personas murieron de forma violenta y 109 fueron trasladadas por la Cruz Roja a distintos hospitales a causa de atropellos, choques y lesiones causadas por agresiones con armas de fuego (Aguilar, 2008). Las noticias sobre asesinatos y accidentes viales inundan los periódicos y prácticamente todos los habitantes del país conocen a alguien que ha sido víctima de un “paseo millonario”, de un “caterazo, “ventanzo" o “bajonazo”, o a quién los ladrones han visitado directamente en su hogar.
En lo que va del año alrededor de 30 mujeres han sido víctimas de femicidio y cientos de personas más son víctimas de diversos tipos de violencias como la explotación sexual comercial y la trata de blancas. Y todos somos hasta cierto punto victimas y victimarios de otras formas de violencia, como la poca tolerancia en las carreteras. Queda bastante claro porqué la violencia y la seguridad son considerados el segundo mayor problema que enfrenta el país, después del alto costo de la vida (Feigenbalt, 2008).
Por su parte la contaminación también constituye un problema serio, aunque el mismo no recibe la atención mediática que recibe la violencia, ni es considerado por los ciudadanos como uno de los principales problemas que enfrenta el país. No obstante, basta con mirar a través de cualquier ventana o con ser un poco más observador a la hora de caminar por la ciudad para darse cuenta de que Costa Rica es un basurero a cielo abierto. Un ejemplo de esto es que nuestros ríos se encuentran llenas de basura, lo cuál ante la severidad del pasado invierno provocó inundaciones en sitios donde no son habituales.
Me atrevo a afirmar que no existe un metro cuadrado de acera en la ciudad de San José libre de basura en su totalidad y que el 100% de los espacios que se ubican al lado de las carreteras tienen rastros de basura. El hecho de que como sociedad no estemos concientes de este fenómeno lo hace aun más problemático.
Ambos fenómenos son el resultado de complejos procesos sociales, no obstante existen diversos factores que inciden en el desarrollo y la continuidad de ambos. Varios de estos factores pueden ser enfrentados conjuntamente, lo cuál nos lleva a lo que considero debe ser el pilar de la estrategia de desarrollo seguida por Costa Rica: una reforma educativa. A continuación se profundiza en el por qué de una reforma educativa y en cuales deben ser algunos de los aspectos reformar.
Reforma educativa: pilar del desarrollo
Los problemas anteriormente señalados así como muchos otros que enfrenta el país se originan en la pobreza y en la promoción de valores individualistas y egoístas en nuestra sociedad; en aras de la simplicidad a este último aspecto lo denominaremos crisis de valores. Una reforma educativa bien planteada permitiría atender ambos males; a continuación aclararemos como.
En primer lugar nos referiremos al tema de la pobreza. Según los planteamientos básicos de la teoría económica en un mercado perfectamente competitivo los salarios son iguales al valor del producto marginal del trabajo; es decir, la remuneración de los factores productivos depende de su productividad y del valor de aquello que producen. Si partimos de esto, existen dos formas en las cuales se puede aumentar el salario de los trabajadores: una sería aumentar el valor de aquello que producen, la otra sería aumentar su productividad.
En el mundo en que vivimos existe una estrecha relación entre estos dos factores. Salvo algunas excepciones, los productos cuyo valor aumenta constantemente requieren de mano de obra altamente productiva y capacitada para su elaboración.
Si los salarios son una fiel representación de la productividad, es seguro decir que esta se encuentra fuertemente relacionada con el proceso educativo al que se someten los individuos; puesto que diversos estudios han demostrado que uno de los principales determinantes de la desigualdad en cuanto a nivel de ingreso es el nivel educativo de las personas. La relación es directa, a mayor nivel educativo mayor productividad y mayores salarios.
La población costarricense está, casi en su totalidad, capacitada para leer y escribir, lo que la ubica en un punto superior respecto al resto de la región centroamericana. Aunque es cierto que existe una marcada diferencia en la productividad de un individuo que sabe leer y escribir respecto a otro que en condiciones semejantes es incapaz de hacerlo, esta habilidad no nos llevará por si sola a alcanzar los niveles de ingreso en los cuales la elasticidad ingreso del bienestar se acerca a cero.
Es necesario que los costarricenses sean más competentes y que sean particularmente más competentes en la realización de aquellas actividades que el mercado recompensa fuertemente.
Esto nos lleva al primer elemento de la reforma educativa, la promoción de habilidades deseables. No debemos desperdiciar recursos en la enseñanza de elementos que no aumentan las capacidades de los individuos. Esto último quiere decir que en lugar de enseñar datos y cifras, el sistema educativo debe enseñar a aprender y a pensar.
Los programas deben estar diseñados para incentivar la creatividad, puesto que la innovación es altamente valorada en el mundo actual. Además una sociedad más creativa es capaz de encontrar más y mejores soluciones a los problemas que la aquejan.
Esta modificación rendiría sus principales frutos en el mediano y en el largo plazo, pero nuestro país necesita soluciones hoy. Por este motivo, propongo dos acciones que pueden ser adoptadas en el corto plazo.
En primer lugar se encuentra el fortalecimiento de la educación técnica. El sistema educativo actual favorece a los estudiantes que presentan cierto tipo de características, en detrimento de aquellos que cuentan con habilidades o métodos de aprendizaje distintos. Consideremos el caso de un estudiante de secundaria que tiene problemas para concentrarse en el aula, particularmente en los cursos que involucran largas sesiones de lectura y la memorización de diversos tipos de información, pero que es bastante hábil con las manos y en su percepción del espacio.
Dentro del sistema educativo actual es sumamente probable que este joven no logre terminar la educación secundaria, debido a que no logra superar las pruebas de asignaturas como español y estudios sociales que se encuentran fuertemente sesgadas hacia las habilidades en las que él es más débil. Si el estudiante abandona los estudios, en el mejor de los casos conseguirá un trabajo en construcción, o en algún otro tipo de labor que no requiere de calificación.
Si el sistema tuviera mayores alternativas este individuo hubiera encontrado un espacio para desarrollar al máximo sus habilidades naturales, lo cuál no solo le hubiera permitido aumentar su productividad y por lo tanto su salario, sino que probablemente también hubiera tenido un impacto positivo en su felicidad. La creatividad y la capacidad de raciocinio se caracterizan por ser habilidades ser aplicables en todas las labores de la vida y por que pueden desarrollarse en torno de las fortalezas de los individuos a la vez que las refuerzan.
En la actualidad la educación técnica es el único espacio en el cuál quienes tienen habilidades distintas a las normalmente promovidas por el sistema, pueden desarrollarse adecuadamente. Sin embargo son pocos los espacios disponibles en los centros de educación técnica y organismos como el INA desperdician parte de sus recursos en programas obsoletos o los retiene debido a deficiencias administrativas.
Parte del problema con la educación técnica actual es que es concebida como una alternativa para quienes no obtuvieron buenos resultados en el sistema tradicional y no como una opción libre de los individuos, como si ocurre en países como Alemania, por lo que no se le da el apoyo necesario. Esto también lleva a que las personas asistan a estos centros luego de alcanzada cierta edad, cuando es óptimo que la gente se eduque continuamente durante las etapas más tempranas de su vida.
Además, en la educación técnica fortalecida, deben irse más allá de los aspectos puramente técnicos de una determinada labor, e incluir la formación cívica y profesional. Por esto me refiero a los principios básicos de convivencia social y a las prácticas profesionales que garantizan un buen servicio y la satisfacción de los clientes. Es común encontrar técnicos que tienen las destrezas para llevar a cabo una tarea, pero que se ven afectados por sus modos toscos o por prácticas irresponsables con los clientes. Un servicio cortés y responsable, es un valor agregado por el cuál los técnicos pueden recibir una remuneración y que en términos de insumos es prácticamente gratis.
Además, es bien sabido que una política social inclusiva, como es el caso de la reforma a la educación técnica recién propuesta, es la de combate a la criminalidad más efectiva más efectiva. Puesto que muchos de los individuos que se involucran en actividades criminales, recurren a estas debido a la ausencia de oportunidades o a que fueron excluidos de los mecanismos tradicionales de socialización como el sistema educativo.
El segundo aspecto de corto plazo es la modificación de las políticas de planeación universitaria. Ya que en Cosa Rica, las universidades más grandes y prestigiosas del país son de carácter público y como tales son pagadas por todos los ciudadanos, estas deben servir al bien de todos y no solo de los pocos que tiene el privilegio de asistir a ellas.
Es cierto que la existencia de profesionales beneficia a la sociedad en su conjunto. Sin embargo no son los profesionales en sí los que generan el bienestar, es lo que estos producen lo que produce bienestar. Por lo tanto la sociedad no debe desperdiciar recursos en la “prefabricación de desempleados o subempleados”.
Para nadie es un secreto que las universidades públicas generan una sobreoferta de cierto tipo de profesionales, lo cuál es a todas luces inaceptable. Ha sido demostrado que un profesional subempleado o desempleado experimenta altos niveles de insatisfacción, que superan el costo de los ingresos no percibidos. Por lo tanto no tiene sentido que se utilicen recursos públicos, que como todos sabemos podrían ser destinados a atender otras necesidades, a la producción de insatisfacción[3].
Entonces, las universidades estatales, deberían planificar su oferta de académica y su oferta de espacios de acuerdo con los planes de desarrollo productivo del país y de las demandas actuales del mercado. A su vez los planes de desarrollo productivo del país deben ser diseñados teniendo en mente el tipo de labores que se consideran deseables para los y las costarricenses.
El último punto de la reforma educativa en el que profundizaremos tendría resultados en el mediano y largo plazo. Este es la promoción e inducción a valores solidarios y a la vida en la ciudad.
A pesar de que la mayor parte de nuestras vidas se desarrolla en ambientes urbanos, es evidente que no contamos con los procesos de socialización adecuados para comportarnos adecuadamente en este contexto. Síntomas de esta realidad son la violencia y la contaminación que nos aquejan y que fueron presentadas anteriormente.
En mi opinión, muchos de los problemas que enfrenta la humanidad se derivan de una falta de solidaridad en las personas y del irrespeto que se tiene por los demás.
Vivimos en una sociedad altamente individualista, donde el bienestar colectivo ocupa una posición secundaria respecto al bienestar individual. Una sociedad en la cual la consideración por el otro, sus circunstancias y el efecto de nuestras acciones sobre su bienestar es prácticamente nula. Si deseamos vivir adecuadamente y en colectividad debemos estar concientes de la existencia de “el otro”.
Cuando nuestras acciones se guían por el bienestar colectivo, como busca la FNB y el análisis previo a las mismas incluye el impacto que generamos en “el otro”, estas se vuelven más sostenibles. Y actitudes como el arrojar la basura en las calles o el irrespeto de la propiedad privada, se vuelven inaceptables,
En términos más económicos, el sistema educativo debe promover un cambio en los gustos y preferencias de los individuos que los lleve a considerar las externalidades generadas por sus acciones y en última instancia a interiorizar parte de las mismas.
Con todo esto me refiero a la promoción de una nueva forma de ver el mundo en la cuál los individuos no sean indiferentes a la realidad de los demás y en la cuál tengan una preferencia por el bienestar de las otras personas. Es decir en la cuál los individuos se vean afectados negativamente por el malestar de los demás y positivamente por su bienestar.
Además los investigadores del HPI, destacan que se presentan mayores niveles de bienestar en los países en que hay una mayor participación de los habitantes en grupos comunitarios (i.e. organizaciones de voluntariado, grupos deportivos o religiosos). Grupos en los cuales conceptos como la creatividad y la lealtad son valorados sobre la riqueza material (Marks, et. al. 2006. Pág. 4). Estos conceptos pueden ser promovidos dentro del sistema educativo.
En síntesis, el sistema educativo debe reforzar su función de ente socializador y desempeñarse como un mecanismo para enfrentar la crisis de valores aquí señalada. Para que esto pueda ocurrir es de vital importancia que se solucionen los problemas que enfrenta el país en cuanto a la deserción estudiantil. Las modificaciones al sistema educativo, implementadas por el Ministro Garnier son sin duda alguna un paso en la dirección correcta en cuanto al combate de la deserción.
Los aspectos mencionados hasta ahora, no pretenden ser exhaustivos. Existen muchísimos elementos que giran en torno al sistema educativo que pueden ser utilizados para promover el bienestar que aquí no se contemplan y que se encuentran abiertos a futuros desarrollos en torno al tema.
A continuación procedemos a comentar el segundo elemento de la estrategia de desarrollo, que busca enfrentar la problemática anteriormente señalada de la inseguridad ciudadana. Este consiste en una modificación al sistema penitenciario.
Modificación del sistema penitenciario
El objetivo básico de esta modificación, es potencializar el sistema penitenciario como un espacio de reforma y socialización, y en centros de producción. Es decir, que funcione para más que simplemente aislar a quienes cometen un crimen del resto de la sociedad.
En la actualidad los privados de libertad pueden acceder a diversos programas laborales y educativos mientras se encuentran presos. No obstante las posibilidades son bastante limitadas y en ocasiones tienen requisitos con los que la mayoría de la población de los centros penitenciarios no cumple. Tal es el caso de los programas de educación a distancia de la UNED, los cuales son sumamente provechosos, pero exigen que el individuo tenga un determinado nivel educativo para acceder a ellos.
Partimos de la idea de que la criminalidad se origina en parte en la escasez de oportunidades laborales y educativas para ciertos individuos; las cuales se reducen aún más luego de que estos son declarados culpables por algún crimen. Esto por cuanto muchas empresas exigen tener una hoja criminal limpia para acceder a un empleo.
Tenemos entonces que muchas de las personas que llegan a las cárceles carecen de una formación profesional o de un oficio. Si mientras se encuentran recluidos no tienen acceso a procesos de capacitación y educación es sumamente probable que cuando sean liberados, incurran nuevamente en el crimen. Propongo entonces que como parte fundamental del proceso al que se someten los presos, se les imponga el aprendizaje de un oficio, de manera que puedan incorporarse a la sociedad como individuos productivos.
Paralelamente las penitenciarías deben ser transformadas en centros productivos. Es en realidad injusto que los contribuyentes deban pagar la manutención de aquellos que por algún motivo decidieron, o se vieron forzados, a romper el contrato social y que por ende se encuentran recluidos en el sistema penitenciario. ¿Si en el mundo la gente trabaja todos los días para cubrir sus necesidades, por qué no ha de ser así dentro de las penitenciarías?
En los centros productivos instaurados dentro de las penitenciarias, los reos deberían poder aplicarse en los oficios que aprendan mientras estén recluidos. De modo que puedan producir y así ayudar a sufragar el costo de su manutención a la vez que disfrutan de los beneficios derivados del trabajo.
Creo fielmente que el trabajo dignifica a las personas. Además este constituye un elemento fundamental de la vida en sociedad. No obstante desempeñarse satisfactoriamente en un puesto de trabajo exige una serie de valores, como la responsabilidad y el compromiso; que difícilmente se adquieren fuera de los sistemas de educación formal.
La experiencia laboral adquirida dentro de las penitenciarias debe propiciar la formación de estos valores y de otros que son deseables en el mercado laboral. Adquirir estos valores, facilitaría la reinserción de los individuos en la sociedad y reduciría la reincidencia. Esto también se vería reforzado por cuanto la dinámica dentro del centro penitenciario sería más semejante a la dinámica social del exterior, lo cuál debería facilitar la readaptación de los individuos.
Actualmente existe un proyecto en el cuál los reos se dedican a la fabricación de pupitres para las escuelas del país. Este tipo de proyectos deben ser incentivados.
A continuación se enumeran los principales beneficios de esta modificación al sistema penitenciario. Primer, el aumento de la productividad de las personas, a través de la instauración de sistemas educativos y de formación dentro de las penitenciarías. Segundo, el aumento de la producción a través del incremento en el tamaño de la PEA. Tercero, la disminución de la reincidencia criminal.
Estos tres elementos, tendrían un impacto positivo en el bienestar de toda la sociedad, puesto que el problema de la criminalidad y los costos asociados con esta inciden en todos y cada uno de nosotros. Además de que sería sumamente beneficioso para los privados de libertad.
Conclusión
Este artículo enfrenta el problema del desarrollo desde una perspectiva no tradicional. Enfocándose principalmente en el bienestar de los individuos, que va más allá del la producción y el consumo, y en la atención de dos fenómenos que aquejan a los costarricenses en la actualidad.
El objetivo es complementar las estrategias tradicionales de desarrollo con los aportes de la economía del bienestar. Es evidente que las propuestas realizadas no son exhaustivas y no garantizan por si solas la solución de todos los problemas que enfrenta nuestro país, al menos en el corto y en el mediano plazo. No obstante considero que las mismas pueden ayudar significativamente a mejorar la calidad de vida de los y las costarricenses; a la vez que ponen en la mesa temas de actualidad y que son relevantes en la escena nacional e incentivan la discusión.
Si deseamos alcanzar mayores niveles de bienestar de un modo sostenible, un cambio en los valores sobre los cuales construimos nuestra cotidianeidad es inminentemente necesario. Es necesario que todos tomemos conciencia de los demás, del mundo que nos rodea y de sus necesidades. De lo contrario corremos el riesgo de tener cada día un país con más producción y menos bienestar.
[1] http://hdr.undp.org/en/media/HDR_20072008_Tech_Note_1.pdf
[2] En el original: good governace
[3] Supongo aquí que la insatisfacción generada por el desempleo o el subempleo es mayor que la satisfacción que se pueda obtener a partir del proceso de formación académica universitaria; es decir, que en términos netos la persona experimente insatisfacción.